(Español mas abajo)

Many travellers head to Cusco, Peru, on their way to seeing wonders like Machu Picchu and the Sacred Valley.

The city is buzzing with restaurants, nightlife, shops, and people.

In the mountainous outskirts lies the marginalised neighbourhood of Huchuy Yachaq (pronounced Who-chee Ya-chak). Life is hard, wages brutally low, and it feels like a different country to the riches below. It's the weakest there that suffer the most.

Marlenne and volunteers set up and run the Huchuy Yachaq Foundation to give the kids of Huchuy Yachaq a chance. They provide meals, education, and a safe refuge from what can be complicated and hard home lives.

The team works tirelessly to bring hope and laughter to the area's children. I've seen their work first-hand several times and it's no exaggeration to say Huchuy Yachay saves lives. The COVID pandemic has had a profound effect on the kids.

My impression of the Huchuy Yachaq Foundation community is that they never ask for sympathy, they refuse to be cowed, and they greet each day with their heads up and smile on their faces.

But attitude only gets you so far. They always need financial support, which usually comes from outside Peru and rarely from local authorities.

This cause is one where every penny is counted, because every penny counts. Just one US dollar will feed a child for a day. For USD 40, volunteers can buy everything a kid needs for studying for a year, from a backpack to pencils, books, and folders.

Anything you can give will be treasured by Marlenne and put to the best use possible. She is the selfless and tireless heartbeat that keeps the project, and the kids, going.

Me and my friend Jim are covering all our expenses on a self-supported Land's End to John O'Groats cycle ride and camping, some 1,000 miles in two weeks. It would be amazing to get a pound for every mile we cycle.

We may not complete it — we're training hard and will try our best — raising money to help Huchuy Yachaq would be the real reward.

Many thanks,

Tom and Jim

Versión española

Muchos viajeros se dirigen a Cuzco, Perú, de camino a ver maravillas como Machu Picchu y el Valle Sagrado.

La ciudad bulle de restaurantes, vida nocturna, tiendas y gente.

En la periferia montañosa se encuentra el barrio marginado de Huchuy Yachaq. La vida allí es dura, los sueldos brutalmente bajos, como si fuera un país distinto ajeno a la riqueza que encontramos a solo 20 minutos. Allí los más débiles son los que más sufren.

Marlenne y unos voluntarios crearon y dirigen la Fundación Huchuy Yachaq para dar una oportunidad a los niños y niñas del barrio. Les proporcionan comida, educación y un refugio seguro — la mayoría tienen una vida complicada y dura.

La pandemia de COVID ha tenido un profundo efecto en la zona, pero el equipo trabaja incansablemente para llevar esperanza y risas a los más pequeños y pequeñas. He tenido la oportunidad de contemplar su trabajo de primera mano varias veces y no es exagerado decir que la fundación Huchuy Yachay salva vidas.

En esta causa se cuenta cada centavo, porque cada centavo cuenta. Un solo dólar estadounidense sirve para alimentar a un nene un día. Por 40 dólares, los voluntarios pueden comprar todo lo que este necesita para estudiar durante un año, desde una mochila hasta lápices, libros y carpetas.

Mi impresión de la comunidad de la Fundación Huchuy Yachaq es que nunca piden caridad, se niegan a dejarse acobardar y reciben cada día con la cabeza alta y una sonrisa en la cara.

Pero la actitud sólo llega hasta cierto punto. Necesitan apoyo financiero, que suele venir de fuera de Perú y rara vez de las autoridades locales. Así que todo lo que puedas dar, Marlenne lo gestionará y le dará el mejor uso posible. Ella es el latido incansable que mantiene el proyecto, y a los niños y niñas, en marcha.

Mi amigo Jim y yo haremos un viaje en bicicleta de Land's End a John O'Groats, desde el suroeste de Inglaterra hasta el noreste de Escocia, unos 1,600km en dos semanas. Puede que no lo completemos - estamos entrenando duro y nos esforzaremos al máximo - pero recaudar dinero para ayudar a Huchuy Yachaq sería nuestra verdadera recompensa.

Cada céntimo irá a Huchuy Yachaq.

Muchas gracias,

Tom y Jim